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María Ríos

Cuando María Ríos piensa en su accidente automovilístico y posterior recuperación, la palabra que le viene a la mente es "calvario". El hecho de superar todo lo que implicó la hace sentir fuerte.

María estaba viajando con su hermano el 29 de diciembre de 2017, cuando dos vehículos diferentes chocaron el lado del acompañante de su auto. Sorprendentemente, su hermano salió ileso, y el único lugar del auto que no quedó compactado fue el espacio donde ella estaba. Si bien ella perdía el conocimiento y volvía en sí, tiene pocos recuerdos de cuando cortaron el auto para poder sacarla, del traslado en ambulancia y del centro de traumatología del Lyndon B. Johnson Hospital.

Sufrió fracturas en tres costillas, una fractura en el hombro derecho, pequeñas fracturas en la pierna y el brazo derechos, laceraciones y una hernia abdominal. Le dolía todo y no podía caminar. María dejó el hospital en silla de ruedas y pasó dos meses usando muletas. La terapia ocupacional y la fisioterapia ambulatoria de Quentin Mease la ayudaron a arreglarse con las actividades cotidianas y a recuperar su fuerza.

En mayo de 2018, se sometió a una cirugía para reparar la hernia. "En el hospital y en todas mis visitas, si necesitaba algo, me ayudaban. Todos los médicos y todo el personal de enfermería cuidaron de mí".

María considera que fue la atención excepcional la que la ayudó a recuperar su estilo de vida. "Pensaba que jamás volvería a caminar", dice. "Me cuidaron bien. Gracias a Dios y gracias a ellos, puedo volver a caminar. Hicieron un buen trabajo. No volví un 100 por ciento a la normalidad, pero puedo hacer casi todo. Me dicen que soy fuerte".

Una vez que le dieron el alta médica de la fisioterapia, a María le recomendaron que caminara e hiciera ejercicio. Se mantiene ocupada sembrando y cultivando plantas, tejiendo, bordando y participando en la vida familiar con sus dos hijos y seis nietos.

El accidente continúa teniendo protagonismo en la mente de María. "No es cosa del pasado", dice, pero su actitud y forma de encarar la vida pesan más que la preocupación. Su consejo es "mantener una mente positiva o [la recuperación] no funcionará. Tener fe. Dar lo mejor de uno y mirar hacia adelante".

 

 

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