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Avery Nash

"Salvaron mi vida".

A principios de febrero de 2018, a Avery Nash le sorprendió enredarse en una discusión con un vecino de toda la vida. Quedó aún más impactado cuando el vecino le disparó. A cuatro casas de allí, Irene, la esposa de Avery, oyó el disparo y llamó al 911.

Los médicos del centro de emergencias de Lyndon B. Johnson Hospital descubrieron que la bala había hecho un gran daño en los intestinos de Avery, le había fracturado la cadera y varias arterias femorales de la pierna derecha. Durante los dos primeros días en LBJ, su corazón se detuvo tres veces. Le realizaron dos cirugías importantes, la primera duró nueve horas y se usaron 38 unidades de sangre. Estuvo una semana en cuidados intensivos, y no había esperanzas de vida. En el transcurso de 30 días, le realizaron tres cirugías más. Le dieron el alta médica al mes, pero volvió a LBJ una semana después por una hemorragia.

A Irene no le gusta recordar aquellos tiempos. "No estaba lista para que él se fuera de este mundo", dice. "Solo mi fe me ayudó a superar esto".

Fue aún más duro para Avery. "Cuando recuperé el conocimiento, no sabía que estaba en el hospital. Mi mente estaba en blanco". Estaba débil y tenía dificultades para respirar. Los riñones dejaron de funcionar, y debió someterse a diálisis durante dos semanas.

"Si no hubiese sido por los ángeles de LBJ, hoy no estaría aquí. La atención que recibí fue realmente buena, desde el servicio de limpieza en adelante. El personal de enfermería fue más allá de lo esperado. El equipo de cirugía y los cirujanos vasculares que me operaron fueron de oro, y me salvaron la vida. Tenían dudas acerca de mi recuperación".

Irene comparte sus opiniones. "LBJ ha sido siempre un buen hospital. Las personas que trabajan allí me salvaron la vida una vez, y ahora le salvaron la vida a él".

Los dos están agradecidos. Avery manifiesta: "No den la vida por sentado. Valoren cada respiro, cada momento. El siguiente no está asegurado".

Avery recuerda y dice: "La recuperación tuvo un costo emocional, pero soy más fuerte de lo que creía. Recuperarme de toda esta experiencia me hizo sentir bien conmigo mismo, como si tuviera un propósito en esta vida. Quiero trabajar con hombres y mujeres jóvenes de barrios de bajos recursos y tratar de motivarlos para que cambien sus vidas".

También tiene en mente una escuela de cocina. Tiene algunas ideas sobre la gastronomía "soul food" que quisiera compartir con el mundo.

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