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Angela Bryan

En junio de 2012, Angela Bryan se detectó un tumor pequeño debajo de la mama derecha. Se convenció de que el tumor se debía a la picadura de un insecto. Después de todo, caminaba mucho y pasaba tiempo al aire libre en el parque con su nieto. El pequeño tumor no había desaparecido después de un mes, pero no quería preocupar a su familia. Más tarde, no quiso arruinar las fiestas. En mayo de 2013, se quedó sin excusas. Fue a Lyndon B. Johnson Hospital, donde el médico le aseguró: "Podemos cuidarla". Las pruebas revelaron un tumor en cada mama. Había que actuar de inmediato. Quedó impactada.

Angela recuerda: "Una empleada me dijo: '¿De qué tienes miedo? A mí me diagnosticaron cáncer a los 19 de edad. No tengas miedo'. Me dio un brazalete de sobreviviente de Avon y me dijo: 'Cuando te sientas insegura, mira este brazalete y sabrás que todo estará bien'. En ese momento supe que podía superar la enfermedad".

Menos de 15 días después, le realizaron una mastectomía doble en LBJ Hospital, y luego siguieron seis meses de quimioterapia. En Smith Clinic, recibió radioterapia por seis semanas.

En 2016, se enteró de que el cáncer había hecho metástasis en los huesos. Actualmente toma dos medicamentos.

"Estoy bien", afirma. "Disfruto cada día, y no me preocupo por nada. Amo la vida, y no me arrepiento de nada".

Angela tiene planes para los próximos años y espera cumplirlos con gran expectativa, pero también disfruta del presente. "Vivo todos los días para ver el sol, saludar a todos y alentar a alguien. Les recuerdo a las personas que son más fuertes de lo que piensan. Independientemente de cómo te sientas, la fuerza está dentro de ti".

Angela incorporó algunos cambios en su estilo de vida. Come frutas, que no le gustan. Y aprendió a aceptar ayuda.

"El cáncer no es una enfermedad que se pueda cargar al hombro sin ayuda". Hay que dejarse ayudar por la familia. Hay que aferrarse a la fe. Hay que confiar en los médicos. Es necesario construir una relación de alianza entre el médico y el paciente. De hecho, mi médico me llama para ver cómo estoy. Las personas de LBJ se preocupan por mí. Tengo todo: médicos, familiares y un Dios en el que creo".

Angela reconoce que tiene un futuro brillante. "Voy a vivir intensamente hasta que no pueda hacerlo más. Quiero ser la mejor mujer posible cada día. Quiero ser una hermosa mujer de 68 años de edad. Quiero mostrarles a las personas cómo se puede estar a los 68".

 

 

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