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Paula Galdamez

Cuarenta días después de que naciera su hija, Paula Galdamez se tocó un tumor en la mama. Ella y su médico pensaron que se debía a una complicación producto de la lactancia materna. Cuando su hija cumplió 16 meses de edad, una biopsia reveló un cáncer de mama en estadio IV. Eso fue en octubre de 2016. Dos semanas más tarde, comenzó la quimioterapia.

"Al principio, estaba completamente negada", dice. "El médico me explicó, pero todo era muy confuso". Estaban pasando muchas cosas en su vida: su matrimonio atravesaba un período difícil; y dos de sus hijos, de 12 y 16 años de edad, se estaban yendo de El Salvador para vivir con el padre en Virginia. La hija de Paula, de 12 años de edad, se fue a vivir con ella durante un año y fue su gran apoyo durante el tratamiento.

Paula tuvo que hacer quimioterapia y someterse a una cirugía en Lyndon B. Johnson Hospital y a radioterapia en Smith Clinic. Recientemente, le hicieron una cirugía reconstructiva. Se somete a una exploración de seguimiento cada seis meses, y un estudio reciente reveló un problema en los ganglios linfáticos. Está participando de un ensayo clínico; si este es satisfactorio, reducirá la posibilidad de que el cáncer vuelva de un 50 a un 20 por ciento.

"La atención ha sido excelente", expresa. "Fui muy honesta con mis hijos. Los especialistas en niños de LBJ hicieron un gran trabajo al ayudarlos a entender".

Paula les aconseja a los pacientes que padecen cáncer que no se queden callados. Al principio, ella no compartía su diagnóstico fuera de la familia. Mantener el secreto fue difícil cuando comenzó a perder el cabello y decidió rasurarlo. Se enojó en una cita con el médico y gritó: "Si tan solo pudiera hablar". Una vez que se sinceró, comenzó a sentirse mejor.

"Les agradezco a los médicos. Ellos me dieron buenos consejos. Tenía dos opciones. Podía quedarme deprimida en la cama o levantarme y ser positiva.

"Sean positivas", les pide a las mujeres. "No se avergüencen de su cuerpo. Salgan de la cama, maquíllense. Pónganse lindas para ustedes".

Paula hizo exactamente eso. En su cumpleaños 35 (sí... es una joven sobreviviente del cáncer), confeccionó su propio vestido y disfrutó de una sesión de fotografías.

Paula es una persona muy talentosa y tiene planes maravillosos. Es propietaria de un estudio fotográfico en El Salvador y su hermano lo administra. Durante la quimioterapia, creó una línea de ropa y accesorios para niños y la envío a su estudio, y allí se realizaron fotografías de la colección para venderla. Encontró el camino que la llevó al optimismo.

 

 

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