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Priscilla Bright

Priscilla Bright recuerda claramente el día que recibió el diagnóstico de cáncer de mama. Fue en su cumpleaños de 2014.

"Durante años, me ocupé de mis padres. Ellos eran mi prioridad. Cuando recibí este diagnóstico, pensé: 'Ahora, Priscilla, es hora de ocuparte de ti'. Más tarde, decidí que no iba a quejarme. Le entregué mi problema a Dios. A partir de ese día, dejé de pensar en la enfermedad. Agradezco a Dios por poner a las personas correctas en mi vida".

Muchas de esas personas estaban en Lyndon B. Johnson Hospital, donde Priscilla trabajó durante 12 años, específicamente en la tienda de regalos. "No quería ir a otro lugar. Conozco a gente allí, y sé que cuento con los mejores médicos en LBJ".

De 2014 a 2016, el equipo médico trató el cáncer en estadio II de la mama izquierda y los ganglios linfáticos. Realizó quimioterapia en LBJ Hospital y radioterapia durante 12 semanas en Smith Clinic; luego, se sometió a una mastectomía de la mama izquierda en el hospital.

"Nunca quise un trato especial por haber sido empleada", dice. "Conocí a muchas personas nuevas. Todas ellas fueron excelentes. Se tomaban el tiempo para responder a mis preguntas. Estaban conmigo".

Ahora, Priscilla volvió a su trabajo y ya no tiene cáncer. "Realmente me sentí feliz cuando me ascendieron a la 'clínica de sobrevivientes'".

El cáncer la incentivó para hacer algunos cambios en su vida. Asistió a una clase de nutrición en Settegast Health Center (donde visita a su médico de cabecera) e incorporó más frutas, vegetales, yogures y pescado en su alimentación. También come porciones más pequeñas. Camina tres millas varias veces por semana. Y lo más importante, aprendió a poner a su salud y a ella en primer lugar.

"Les digo a mis hijas y a otras mujeres que se sometan a revisiones con regularidad, que consuman productos saludables y que se esfuercen y hagan actividad física. Si padeces cáncer, puedes vencerlo. Hay una cura. Hay que adoptar la actitud correcta. Es necesario hacer lo que dicen los médicos. Hay que pensar en positivo. ”

Priscilla vive con su hija y dos nietos. Tiene cuatro hijos, 11 nietos y seis bisnietos. "Ellos me mantienen viva. Quiero estar aquí por ellos.

Estoy muy feliz de estar viva y poder compartir mi historia. Pienso vivir hasta los 100".

 

 

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