En 2002, Cheryl Everitt se detectó un tumor en la mama derecha. Después de una mamografía, una biopsia, quimioterapia, una mastectomía y radioterapia, ya no tenía cáncer. Sin embargo, el tratamiento y la hospitalización, que duró tres semanas debido a la infección, la afectaron considerablemente. Se deprimió.
"Estaba demasiado cansada de tratar de sonreír", dice. Dejó de trabajar y se refugió en la propiedad de su familia. Sus padres, su hermano y su hija tomaron las riendas de sus asuntos mientras la depresión continuó durante años.
Luego descubrió Harris Health System. Su médico de cabecera la ayudó a lidiar con los problemas de artritis, colesterol y diabetes. Cheryl comenzó a hacer actividad física, perdió peso y empezó a tomar un medicamento contra la ansiedad.
"Parece haber un estigma respecto de la salud pública, pero yo recibí una atención excelente. Con seguro o sin seguro, todos recibimos el mismo trato. Las personas aquí se preocupan por mí".
Cuando su salud física y emocional mejoraban, Cheryl se enteró de que el cáncer de mama que alguna vez había tenido había hecho metástasis, y ahora estaba en estadio IV. Desde 2013, consulta a un oncólogo en Lyndon B. Johnson Hospital, donde le realizan radioterapia para combatir la aparición de tumores y le brindan cuidado paliativo. Toma inhibidores hormonales para evitar que el cáncer se alimente. Después de dos años, el cáncer había dejado de crecer, sus huesos estaban fuertes y ella estaba mejor de la depresión.
"Me tuvieron que diagnosticar cáncer en estadio IV para que volviera a vivir. Di un gran paso. Había perdido tanto tiempo estando deprimida, si bien no podía evitarlo. Decidí ponerme en marcha y vivir".
Ella dice que vive por su hija, su hijo y sus nietos. Quiere ver a los niños crecer y ser parte de sus vidas.
"Desde el punto de vista médico, no debería estar aquí ahora ni así de bien. Sé que a la larga estaré en el cielo, pero quiero esperar un poco. La vida puede ponerse en el camino de la muerte.
"El cáncer, o cualquier otra cosa que sea mala, pueden llegar a tu vida. Puedes dejarte aplastar por su peso. Luego descubres que estás viviendo, das un paso gigantesco, y eso es bueno. La vida es buena".