Recuerden este nombre: Jerald Scott. Lo conocerán un día como orador motivacional, orientador y mentor. Apreciarán su gran corazón.
Este hombre de 31 años recientemente perdió su pierna derecha en un accidente traumático de motocicleta, pero lo considera tan solo un inconveniente, una interrupción de su juego de baloncesto. Y una vez que reciba su prótesis, volverá a las canchas.
El accidente arrojó a Jerald tan lejos de su motocicleta que a la policía le costó encontrarlo. Durante la búsqueda, perdió la mayor parte de su sangre. Los médicos dicen que nunca habían visto una pierna tan destrozada. Además de tener que amputarle la pierna, hubo que colocarle tornillos de metal en un brazo roto, y sufrió una fractura inoperable en la muñeca derecha. Aún así, cuando despertó en el Ben Taub Hospital, de inmediato comenzó a hacer bromas con sus proveedores de atención.
Jerald no sabía nada sobre el Ben Taub Hospital, pero eso pronto cambió. "Ahora me encanta, porque estoy vivo y sonriente". Sus proveedores de atención fueron más allá de lo esperado. "Un miembro del personal de enfermería me trajo aromaterapia. Ponían música para mí. Hablaban conmigo sobre otros temas además de la lesión. Hacían bromas conmigo. Me trataron como si fuera parte de su familia, y eso dice mucho. Dios me envió al hospital indicado".
Mark Barr, miembro del personal de enfermería de la unidad de cuidados intensivos de traumatología quirúrgica de Ben Taub Hospital, amputado y competidor paraolímpico, se convirtió en un amigo especial. Le presentó a Jerald a otros pacientes y a CATAPULT, una organización sin fines de lucro que ayuda a las personas a convertir sus discapacidades en capacidades.
Jerald estuvo en el hospital durante tres semanas, y los médicos estaban sorprendidos por lo rápido que sanó. Enseguida pudo comenzar a hacer fisioterapia, gracias a su condición física natural y actitud positiva. "Eso me lo dio Dios", afirma. "Me podría haber sentido desalentado. Recuerdo que mi pastor me dijo: 'Lo que te sucede a ti no siempre es para ti'. Puedo usar mi historia para inspirar a otros".
Antes del accidente, Jerald trabajaba con niños como entrenador y mentor. "Había estado rezando para encontrar la manera de llegar a más personas. Ahora podré hacerlo. Estoy ansioso por recibir mi prótesis para que los niños me vean jugar al baloncesto con ella".
Jerald ha comenzado un programa TRU que, por sus siglas en inglés, significa talentoso, resiliente e imparable. Si bien son características que quiere inculcar en los jóvenes, también son palabras que lo describen a la perfección.