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Jessica Jones

Jessica Jones viajaba como pasajera en el auto de un amigo en junio de 2018, cuando este golpeó una mediana y se estrelló contra una pared. El lado del automóvil donde ella viajaba recibió todo el impacto. Jessica sufrió desgarro de riñón, fractura de cinco costillas, fractura del pulgar de la mano derecha, fractura de dos dedos de la mano izquierda y dos fracturas en el brazo izquierdo.

Al día siguiente, los cirujanos de Lyndon B. Johnson Hospital le repararon el brazo con placas y le enderezaron el pulgar y los demás dedos. Las costillas fueron la parte más difícil de su recuperación. "Me dolía respirar, reír o toser; y toser era imprescindible", señala. Los tratamientos respiratorios fueron una parte regular de su hospitalización de dos semanas.

Si bien era difícil respirar, mantener el control sobre las emociones era aún más difícil. "Estaba desolada. Realmente me cuesta dejar que alguien cuide de mí. Tuve que aprender a hacerlo. Mis familiares me forzaron a dejarlos ayudar". La hija de 19 años de Jessica, Diamoneisha, se convirtió en su principal enfermera, ya que dormía en el hospital y cuidó de ella en su casa. La mamá de Jessica cuidó de sus otros hijos.

Antes del accidente, Jessica trabajaba como técnica en un laboratorio de plasma. El personal de LBJ Hospital despertó un sueño que llevaba tiempo dormido en ella, el de convertirse en enfermera. "Vi al personal de enfermería moverse a lo largo del día, de un turno a otro, mientras hacían que ser paciente fuera lo más placentero posible. Una enfermera en particular, Esmerelda, la mejor enfermera de la historia, fue más allá de lo esperado, hasta fue a la tienda de regalos a buscar un obsequio para el cumpleaños de mi hija. Me motivó a volver a mi sueño original de ser enfermera".

Ahora, Jessica está estudiando para convertirse en auxiliar de enfermería y su intención es obtener el título de enfermera. "Planeo convertirme en enfermera especializada en traumatismo en el LBJ".

Jessica está feliz de regresar a la normalidad y cuidar de sus hijos en lugar de que ellos cuiden de ella. La nueva normalidad es acostumbrarse a las cicatrices quirúrgicas en el brazo izquierdo. "He aprendido que, aun con defectos, una puede ser hermosa igual".

Está aprovechando todo lo que ha aprendido durante su recuperación. "Soy fuerte. No sabía que era tan fuerte. Esta es mi oportunidad de volver a empezar".

 
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