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Juan Falcon Palacios

Juan Falcon Palacios, quien trabaja en una instalación de reciclaje, estaba cambiando el neumático de un montacargas cuando el neumático explotó. La llanta lo golpeó en el torso y lo arrojó unos cuatro pies hacia atrás. Tuvo más suerte que la mayoría de las personas que han tenido accidentes similares. De hecho, no tenía lesiones visibles.

Cuando llegó al Lyndon B. Johnson Hospital, el equipo de traumatismos rápidamente ordenó que se realizara una tomografía axial computarizada, que no reveló anormalidades. Afortunadamente, el médico especializado en traumatismos tenía buen oído. Juan sabía que estaba en problemas y describía el dolor cuando alguien le tocaba el estómago. Los médicos insertaron cámaras a través de pequeñas incisiones y descubrieron que los intestinos de Juan estaban desgarrados. Lo llevaron al quirófano de inmediato.

Tanto el equipo médico como Imelda, la esposa de Juan, tenían tareas que cumplir. "Me dijeron que repararían los desgarros y que debía mantener la calma", comenta. "Todo iba a estar bien". La cirugía duró cinco horas. Debido a las complicaciones, los cirujanos extrajeron 20 centímetros de sus intestinos. El personal mantuvo a Imelda al tanto de lo que sucedía en cada paso del camino.

Juan se recuperó en el hospital durante ocho días. Una vez que recibió el alta, regresó dos veces al centro de emergencias a causa de obstrucciones. Una de las visitas requirió otra hospitalización de dos días.

Ha tenido que realizar ajustes. Regresó al trabajo con tareas livianas, porque no puede levantar objetos pesados. Y está aceptando que debe seguir una dieta más blanda. Ha aprendido a disfrutar de las verduras y las claras de huevo. "¡Hasta me veo más joven!".
Juan e Imelda elogian con entusiasmo la atención que recibieron en LBJ. Ella dice: "Todos fueron atentos. También cuidaron de mí".

Juan está de acuerdo: "La atención que recibí fue excelente. Fue la mejor que hemos observado en comparación con otros hospitales que visitamos".

Y visitan muchos hospitales. Como cocapellán de la Iglesia Cristiana Comunidad Cristo Viene, apoya la mente, el cuerpo y el alma de la congregación. La congregación está comprometida con la población indigente de la comunidad y le brinda compañía y comidas caseras. Los miembros de la iglesia fueron muy atentos con Juan durante su recuperación.

"Todo lo que hacemos por el amor de Dios", dice, "nos vuelve".

 

 

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