La independencia es un buen rasgo de personalidad, uno que enorgullece a Mariela Luna. Lamentablemente, un accidente automovilístico en junio de 2018 la transformó. Conducía hacia el trabajo cuando un automóvil se detuvo frente a ella. Mariela se desvió para no chocar al vehículo, se estrelló contra una pared y salió despedida del automóvil. Su lesión más grave fue una fractura de columna.
Mientras los cirujanos de Ben Taub Hospital fusionaban su columna vertebral, fue el personal de enfermería de la unidad de cuidados intensivos (UCI) quienes la ayudaron a lidiar con la repentina pérdida de independencia. Con partes iguales de alegría y energía, la alentaron a no darse por vencida.
Mariela estuvo casi un mes en el Ben Taub, tres semanas en la UCI. "Fue un desastre", dice. "No podía ver a mi hija. No sabía si podría volver a caminar". Dependía de su novio, Fernando, y de su familia para cuidar a Jazlynn, que tenía 6 meses de edad en ese momento, al tiempo que también se ocupaban de Mariela.
"Soy una persona muy privada e independiente, pero en ese momento era completamente dependiente y quería rendirme. El personal de enfermería realmente se preocupaba y me alentaban con esmero. También me alegraban. Mi hija fue mi gran motivación".
Con fisioterapia, Mariela logró ponerse de pie y, luego, a caminar. Dejó el hospital con un caminador, todavía dolorida y en gran parte dependiente. Fernando, que se convirtió en un muy buen enfermero, cuidó de ella, mientras que la madre de Mariela cuidaba a Jazlynn. Después de dos semanas, Mariela dejó el caminador y Jazlynn volvió a su hogar. En septiembre, "volví a trabajar y mi vida comenzó a volver a la normalidad".
Hay diferencias. "Ahora valoro más mi vida, porque sé que, en un abrir y cerrar de ojos, todo puede cambiar. Tengo más cuidado en todo lo que hago. Entiendo la depresión y la necesidad de seguir empujando hacia adelante. Sé que hay vida al final del túnel. Pensé que no volvería a caminar, pero ahora he recuperado mi vida".
Mariela está contenta de volver a hacer cosas por su cuenta. Y está agradecida con las personas que lo hicieron posible: los médicos, el personal de enfermería y los fisioterapeutas del Ben Taub; Jazlynn, que la motivó; Fernando, que cuidó de ella; y su mamá, cuyo amor y apoyo hicieron que soportara la recuperación.